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| 4 SEPTIEMBRE, 2015 |
El constante incremento en la demanda del billete de más alta denominación en el país, el de Bs. 100, tiene varias aristas que van desde la alta inflación hasta la demanda vertiginosa que ha tenido esta pieza en la frontera colombo-venezolana.
Acabar con su contrabando en la zona fronteriza pasa por resolver algunos aspectos de la política macroeconómica en Venezuela y la derogación de normas legales por parte de Colombia.
Funcionarios han señalado la necesidad de que el gobierno colombiano revise la resolución Número 8 que permite a las casas de cambio de la frontera, colocar el precio de la relación bolívar-dólar, la cual es mucho menor a la tasa oficial que establece el Banco de la República (banco central). Esta normativa hace que se cree un diferencial cambiario que genera grandes ganancias.
Mientras, analistas económicos reiteran que los controles en el país generan serias distorsiones en los precios y hace que el contrabando de bienes, de la gasolina y hasta de bolívares en efectivo siga siendo un negocio “altamente rentable”.
Durante este año se ha generado una escasez del billete de Bs. 100 en el mercado monetario, por lo cual el Banco Central de Venezuela (BCV) ha ordenado una serie de medidas que se basan en la restricción de efectivo en cajeros automáticos y en taquillas bancarias en todo el país y, especialmente, en los estados fronterizos, según informaron fuentes ligadas al sector financiero venezolano.
Recientemente el instituto emisor hizo una convocatoria internacional para adquirir papel moneda y fabricar la pieza de Bs. 100; al mismo tiempo, se ejecuta un cronograma con las instituciones bancarias para regular la entrega de efectivo y poder atender la demanda de los clientes.
El Gobierno buscó además con el cierre de la frontera, evitar lo que califica como “ataque especulativo” de la moneda, el cual va desde la colocación de un “precio artificial” del dólar en el mercado paralelo, así como el contrabando del tan apetecido billete.
Analistas han explicado que, debido a las múltiples transacciones que se realizan en la frontera, se prefiere la pieza de más alta denominación. Igualmente, la devaluación de la moneda venezolana frente al peso colombiano y el dólar estadounidense ha generado una alta demanda de efectivo.
A juicio del diputado Ramón Lobo, la medida del Ejecutivo de cerrar la frontera busca dar tranquilidad a la población, combatir el paramilitarismo, el contrabando y la especulación cambiaria. “Es necesario que el gobierno colombiano revise la resolución Número 8 y no se preste al juego de la guerra económica, cuyo objetivo es crear un diferencial amplio para generar efectos y tratar se secar el billete de alta denominación de la economía venezolana para que el BCV imprima cada vez más”.
La resolución Número 8 fue aprobada por el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, en el año 2000: la norma permite a las casas de cambio de toda la frontera colombiana fijar la paridad cambiaria de las transacciones que se realicen. Es decir, en el caso de Venezuela y Colombia la relación peso-bolívar, con Panamá el balboa, con Ecuador el dólar y con Brasil el real.
“Cómo se explica que en las casas de cambio de Cúcuta la relación cambiaria sea de 5 pesos por bolívar, cuando de acuerdo a la tasa oficial del Banco de la República de Colombia es de 240 pesos por bolívar”, advirtió el diputado.
A su juicio, es prioritario normalizar la relación real del bolívar-peso, “lo que ayudará a su vez a combatir el contrabando, ya que de por sí tenemos una baja estructura de precios en algunos bienes”, apuntó.
Lobo afirma que esta resolución está orientada a destruir la economía venezolana. “Aunque esa resolución data del 2000, la distorsión se ha acentuado en el último año porque tenemos una situación económica complicada en Venezuela, debido al descenso de los precios del petróleo”.
Ajustes internos
Analistas sostienen que con sólo el cierre de la frontera no se resolverán las grandes distorsiones que han generado los controles de precio y de cambio que llevan ya 12 años en el país.
La firma ODH Consultores refirió en un reporte que el cierre fronterizo posiblemente no será suficiente para frenar el contrabando. “De hecho, incrementar los controles en la frontera agrega mayor riesgo al contrabando lo que pudiese provocar un aumento en los precios de los bienes básicos, pudiendo incluso tener un efecto similar sobre el dólar paralelo. Según el Banco de la República, al 1° de septiembre de 2015, un peso colombiano equivalía a Bs. 240,62; pero en la frontera Cúcuta, un peso colombiano equivalía apenas a Bs. 4,85”.
Se indica en el informe que las tensiones con Colombia han crecido desde 2009 y las discordias diplomáticas han afectado el flujo comercial. Por tanto, el cierre de la frontera, además de incidir en el flujo intrafronterizo, “pudiera impactar el flujo comercial entre ambos países, y en medio de la coyuntura de inflación y desabastecimiento que vive Venezuela, esto sumaría más conflictividad a estos problemas”.
Las otras causas
La impresión del billete de Bs. 100 inició su vertiginoso ascenso desde 2013. Entre 2014 y 2015, la circulación de esta pieza aumentó 104,4% al alcanzar en junio 1.859,2 millones de unidades, versus las 909,5 millones de junio 2014.
Analistas han señalado que el alza sostenida de la liquidez y de la inflación, ha obligado a las autoridades monetarias a emitir un mayor número de billetes de alta denominación. Según los cálculos de la firma Ecoanalítica, una persona necesita 15 billetes de Bs. 100 para igualar la capacidad de compra que tenía en 2008 cuando fue emitido por primera vez.
Un mayor gasto del Gobierno, cuyo presupuesto se coloca en más de Bs. 1 billón 400 mil millones, tuvo su consecuente impacto en la liquidez; así como el financiamiento del BCV a las empresas del Estado y a Pdvsa, lo que derivó en la impresión de “dinero inorgánico”.
Fuente: http://canaldenoticia.com/urgen-medidas-binacionales-para-frenar-contrabando-de-billetes/
